Andrea Salinas obtuvo el tercer lugar en Concurso de narrativa Breve Miguel Arteche

La estudiante Andrea Salinas Frutos obtuvo el tercer lugar en el 4° Concurso de narrativa Breve Miguel Arteche, organizado por el Colegio Instituto Claret de la cuidad de Temuco. En una ceremonia marcada por el arte se hizo entrega de los premios a los ganadores.

Nuestra Alumna participó con el cuento La Tierra, un relato conmovedor que nos invita a abrir los ojos y comenzar a hacernos cargo de nuestro rol con el planeta que nos cobija.

Les obsequiamos con el relato de Andrea.

LA TIERRA

La tierra es bella, ¿Verdad?

Mi abuelita siempre decía que La Tierra era una hermosa mujer que estaba experimentando un profundo sueño, que duraría millones de años para nosotros, pero solo un pequeño momento en la existencia de esta esfera celeste. También decía que gran parte de la vida de este planeta desparecería en un segundo cuando ella despertara, pero que era un pequeño precio a pagar, casi minúsculo si significaba que la tierra pudiera abrir sus ojos de nuevo.

Muchos considerarían que esta no es una historia muy bonita para una niña, pero mi abuelita no quería que viviera en un mundo de fantasía, ella decía que las gentes que pensaban y sentían con el corazón, dejando el cerebro como un consejero, serían los primeros en ser consumidos por la oscuridad de nuestra especie. Ella me mostró las atrocidades que pueden cometer los seres humanos: Guerra, exterminios, hambruna, secuestros, dictaduras, experimentos, deforestaciones, cazas, indiferencias, incendios y la lista sigue y sigue.

Muy pocos podrían salvarse de ser culpados por la destrucción causada por la humanidad, los pocos cuyo corazón aun sentía, los pocos que tenían suerte de aun no ser corrompidos por actividades que a pesar de ser vergonzosas parecen quehaceres diarios del ser humano. A pesar de ser la especie más inteligente de la tierra no sabemos cómo ver más allá de nuestra propia avaricia y orgullo, no solo borrando del mundo a personas de nuestro propio grupo, si no a otras especies y razas completas, y territorios vírgenes que aun mostraban la belleza de una tierra dormida. Mi abuelita me enseño que nosotros somos peligrosos.

Con el tiempo comencé a comparar a los seres humanos con parásitos, y los veía como piojos que invaden la hermosa cabellera de una muchacha, como termitas que destruyen los últimos postes de madera que se alzan con orgullo en una casa, como… como algo que debe ser exterminado para no empeorar lo perfecto de su huésped.

Por eso estoy aquí.

Para despertar a La Tierra y que su hermosura pueda ser salvada de nosotros, los parásitos.

Andrea Salinas Frutos.