Cómo prevenir conductas de riesgo en la adolescencia, por Amanda Céspedes

Amanda Céspedes cuenta que el cerebro adolescente está en plena transformación, con modificaciones estructurales profundas que ocurren día a día, extendiéndose por casi una década y que explicaría por qué los jóvenes se exponen a situaciones peligrosas. “Es un fenómeno biológico. En las profundidades del cerebro adolescente ocurre una modificación en el circuito del goce, de tal manera que los chicos y chicas de 15, 16 y 17 años requieren emociones extremas para disfrutar. Y las emociones extremas van asociadas al riesgo, a la transgresión”, argumenta la neurosiquiatra.

Pero no todo está perdido y los adultos, desde la familia y la educación, tienen mucho que hacer. “Aquellos adolescentes que tienen la oportunidad de participar en experiencias llamadas protectoras, como el deporte, hacer música, el teatro, las academias de ciencias, de literatura, la acción social, y aquellos adolescentes que tienen muy buena comunicación con padres y profesores, logran modular la búsqueda del riesgo; por el contrario, aquellos adolescentes cuyas familias son disfuncionales, que presencian violencia intrafamiliar, machismo, incomunicación, o que viven un constante fracaso académico, personal o social, son los más vulnerables a vivir riesgos extremos poniendo en peligro sus vidas” finaliza Amanda Céspedes.